El error más común

“¡No hablamos de Bruno!” – Encanto

Seamos sinceros, hacer buenas puntuaciones en silueta es difícil. No es algo que cualquiera pueda hacer bien sin más. Se necesita MUCHO trabajo y tiempo para desarrollar las habilidades físicas y mentales necesarias para rendir bien en este deporte. Para dar en el blanco de una silueta, tenemos que hacer varias cosas bien, todas a la vez. También debemos evitar hacer las cosas mal; y especialmente debemos evitar hacer la misma cosa mal con tanta frecuencia que desarrollemos el hábito de hacer esa cosa mal.

Los HÁBITOS son increíblemente importantes en el rodaje y en cualquier otra cosa que hagamos en nuestras vidas. Los hábitos son importantes para mí, y si sigues leyendo este boletín en el futuro sin duda leerás mucho sobre hábitos porque escribiré mucho sobre hábitos. Todos tenemos buenos y malos hábitos, y el éxito o el fracaso dependen a menudo de ellos. Hoy vamos a discutir la única cosa que veo que la mayoría de nosotros hacemos y que sabotea absolutamente el rendimiento de tiro; y para muchos de nosotros, hemos creado el mal hábito de hacer esto en casi todos los partidos.

Esta práctica es tan común y generalizada que estoy dispuesto a apostar casi cualquier cosa a que todos los que lean esto no sólo lo han hecho alguna vez, sino que lo hacen a menudo. Muchos de nosotros lo hemos convertido en un hábito, un hábito MUY malo. No hablo sólo de los principiantes o de los tiradores de las clases inferiores; hablo de TODOS. De hecho, los tiradores que aciertan muchos blancos probablemente lo hacen más que los tiradores que aciertan menos blancos; pero perjudica a ambos tipos de tiradores por igual.

Así es como suele ocurrir:

Digamos que estás disparando a cerdos. Te acercas a la línea y haces cinco buenos tiros en el primer banco de cerdos y aciertas los cinco. En el segundo banco haces buenos tiros en los tres primeros y aciertas todos. En el cuarto disparo te dejas caer y fallas el blanco entre las piernas. Todo lo que ves es ese temido pufo de suciedad que sale volando y el cerdo que sigue ahí de pie mirándote fijamente. Aciertas tu último tiro y se acabó lo de disparar a los cerdos. Te quitas el equipo de la línea y te quedas hablando con tu observador o vuelves con tus compañeros. ¿De qué habláis? O si no hablas de ello, ¿en qué estás pensando? ¡Apuesto a que estás hablando o pensando en el cerdo que te has perdido!

¡Ahí está! Existe el error más común, más letal para tu puntuación, más insidioso y repetido que veo en cada partido en el que participo. ¡TODOS TENDEMOS A CENTRARNOS EN NUESTROS FRACASOS!


Por qué es importante

¿Qué hace que centrarse en el fracaso sea tan desastroso? Para entender la respuesta a esta pregunta debemos comprender el concepto de visualización. La visualización es simplemente un “ensayo mental”. Es el acto de visualizar cualquier cosa que queramos que ocurra. Lo sorprendente de ensayar mentalmente es que ayuda a que lo ensayado se haga realidad. ¡La visualización es asombrosa! Nuestras mentes son extremadamente poderosas; y abundan las pruebas objetivas de que la visualización funciona. A estudio publicado en Neuropsychologia descubrió que imaginar que movemos ciertas partes de nuestro cuerpo casi entrena los músculos tanto como el movimiento real. Imaginar un gran disparo y verlo realmente en tu mente ayuda enormemente a tu cuerpo a realizarlo. Puedes practicar el tiro de silueta simplemente visualizando cada tiro de un partido. Ni siquiera necesitas coger un rifle. Si lo ves pasar en tu mente, es mucho más probable que lo hagas.

El problema es que lo contrario también es cierto. Si imaginas un mal tiro, es mucho más probable que ese mal tiro ocurra. Cuando pensamos en ese mal tiro que hicimos, o hablamos de ello con nuestros amigos, simplemente estamos visualizando ese mal tiro, lo que nos hace mucho más propensos a repetir ese mal tiro una y otra vez. Peor aún, cuando creamos el HÁBITO de pensar o hablar de nuestros malos tiros, creamos el HÁBITO de hacer malos tiros. No hace falta que un boletín de noticias te diga que el hábito de hacer malas fotos NO es lo que buscamos.


Qué hacer al respecto

Corregir este error implica dos cosas: (1) debemos domar nuestras lenguas; y (2) debemos controlar nuestras mentes.

En primer lugar, domar nuestra lengua significa que NO HABLAMOS DE NUESTROS MALOS GOLPES. Es tan sencillo como eso: simplemente no hables de ellos. No hables de ellas con tu observador; no hables de ellas con tus amigos; no hables de ellas con tu cónyuge; ¡ni siquiera las confieses a tu sacerdote! Simplemente deja de hablar de ellos y deja de lamentarte ante cualquiera que te escuche de que siempre fallas los objetivos. Todos fallamos objetivos, no hace falta que nos lo recordemos unos a otros o a nosotros mismos. Para. Período. Y por el amor de Dios, si llevas un diario de tiro, ¡NO escribas sobre tus malos tiros! Las imágenes mentales que escribimos tienen un mayor impacto en nuestra psique que aquellas de las que simplemente hablamos. Anota las cosas que quieres que ocurran, sáltate las que no.

A estas alturas te estarás preguntando por qué te digo que no hagas exactamente lo que yo hice en mi post del 19 de octubre cuando ESCRIBÍ sobre las buenas Y MALAS fotos que hice en Zwolle. Y para responder a tus preocupaciones, tienes toda la razón. Eso NO es lo que hay que hacer. Me estoy poniendo peor, por ti. Espero que se diviertan.

En segundo lugar, debemos controlar nuestra mente para no pensar en nuestros malos golpes. Esto es mucho más difícil que simplemente no hablar de ellos. Como todos sabemos, los malos tiros pueden perseguirnos y repetirse en nuestra mente mucho después de haberlos efectuado. La clave para vencer a nuestra mente en este sentido es utilizar la visualización en nuestro beneficio. La forma de hacerlo es PENSAR EN SUS BUENOS GOLPES. Piensa en todos esos éxitos. Háblales de ellos a tus amigos. Reprodúcelos una y otra vez en tu mente. Obsérvate a ti mismo haciendo ese disparo perfecto una y otra vez. Ver ese pavo volar fuera de la barandilla una y otra vez. Medita sobre tus éxitos. Entusiásmate con tus magníficas fotos. Reprodúcelos y vuelve a hacerlo. Nuestra mente sólo puede pensar en una cosa a la vez, si estamos pensando en nuestros buenos tiros, no podemos estar pensando en los tiros no tan buenos; y visualizar esos grandes tiros hace mucho más probable que repitamos esos grandes tiros una y otra vez.

Hablaremos mucho más sobre la visualización en posteriores posts sobre el proceso de disparo y la parte mental del disparo. Lo que hay que aprender de este post es que SIEMPRE HAY QUE REPRODUCIR LOS BUENOS GOLPES EN LA MENTE; ¡NUNCA HAY QUE REPRODUCIR LOS MALOS!


Centrarse en el fracaso frente a corregir los errores

Por favor, no leas lo que no estoy escribiendo. No digo que nunca haya motivos para analizar un fallo. Debemos comunicarnos con nuestros observadores para corregir los problemas, que a menudo se manifiestan como fallos. Entonces, ¿cómo sabemos cuándo debemos hablar de esa señorita y cuándo debemos actuar como si nunca hubiera ocurrido? La pregunta que debe hacerse la tiradora es: ¿debería haber dado en el blanco ese disparo? Si rompemos un tiro que creemos que debería haber acertado, no es un mal tiro; es un buen tiro que no acertó. Hay una diferencia. Los buenos tiros que no aciertan son tiros que queremos repetir, sólo tenemos que averiguar por qué no acertó. Puede ser que haya alguna condición de viento o luz que el observador no haya visto o haya interpretado mal. Si usted rompió el tiro donde su observador le dijo que apunte, y el tiro falló, usted necesita decirle eso al observador para ayudarle a conseguir la llamada correcta. A veces nos equivocamos de mira. Si ha hecho un buen tiro y no ha acertado, debe hablar con el observador para ver dónde ha fallado y ajustar la mira si es necesario. La pregunta es: ¿fue ese fallo un buen tiro? Si es así, averigua por qué ha fallado y arréglalo.

Los disparos que debes ignorar son los malos. Si has apretado el gatillo o has disparado cuando estabas fuera del blanco, o simplemente has hecho un mal tiro, tienes que olvidarlo y seguir adelante. Ya sabes lo que hiciste mal; hazlo bien la próxima vez. No hay necesidad de enfurruñarse en ello ni de reflexionar. Mi observador Jerry siempre asume que rompí el tiro exactamente donde él me dijo. Si lo hice y falló, averiguamos el problema inmediatamente y lo arreglamos. Si meto la pata en la toma, simplemente digo “he sido yo” y no decimos nada más al respecto (y visualizo una toma perfecta y la hago realidad en la siguiente).

Hay un momento para pensar y hablar de los tiros fallados. No pensamos ni hablamos de los malos golpes.

Debemos comprender el poder de la mente. Hará que nuestro cuerpo haga lo que le digamos. La mejor manera de decirle a nuestra mente lo que queremos que haga nuestro cuerpo es utilizar el poder de la visualización. Pero, como dice Peter Parker (Spiderman), “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Debemos utilizar el gran poder de nuestra mente para el bien y nunca para el mal. Visualiza lo que quieres que ocurra, ignora lo que no.


Avanzar

El Campeonato Estatal de Texas de Smallbore Silhouette se celebrará los días 12 y 13 de noviembre en Houston. Ese es el final oficial de mi temporada de tiro 2022 (soy el director del partido más que un competidor para el campeonato estatal de acción de palanca de Luisiana en diciembre). Llegará el invierno y, aunque probablemente seguiré fotografiando tanto como siempre (porque nunca descanso), no habrá mucho movimiento en el mundo de las siluetas durante unos meses. PROBABLEMENTE reduciré la publicación de este boletín a unas dos veces al mes durante los meses de noviembre a enero, más o menos. Tal vez no, no lo sé. No te preocupes por mí si no sabes nada de mí durante un tiempo. Seguiré aquí machacándome para mejorar de cara a 2023. SIN EMBARGO, no dejes de enviarme preguntas e ideas sobre temas de conversación. Necesito todas tus ideas. Me están llegando un montón de correos estupendos que tengo que cubrir; y prometo responder o dar mi opinión sobre todo lo que me enviéis – así que ¡ POR FAVOR, seguid enviando esos correos!

Hasta la próxima, ¡sigue disparando!

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